Este lunes, 8 de julio, se ha presentado en Roma la edición de este año de “Perspectivas Agrícolas 2019-2028”, un trabajo de colaboración entre la OCDE y la FAO, elaborado con la contribución de expertos de los gobiernos de sus países miembros y de organizaciones especializadas en productos básicos, que ofrece una evaluación consensuada de las perspectivas a 10 años para los mercados de productos básicos agrícolas y pesqueros a escalas nacional, regional y mundial.
La mayoría de los alimentos básicos se abaratarán en los próximos diez años al tiempo que crecerá la productividad, que contribuirá a aumentar la producción agrícola en un 15%, que se localizará, sobre todo, en países en desarrollo y emergentes; así lo recoge el estudio de FAO/OCDE, que explica este incremento se debe principalmente a los mayores rendimientos y la intensificación, mientras que no se esperan grandes cambios en el uso de la tierra.
Con este incremento de la producción agrícola, los precios disminuirán entre el 1% y el 2% anual, “algo positivo para millones de consumidores pero que puede suponer un problema para determinados agricultores”. Así, se hará frente a un incremento similar de la demanda, marcada por el auge de la población en África Subsahariana, los mayores ingresos de los consumidores en las economías emergentes y la mayor concienciación por la salud y el medio ambiente en los países avanzados.
AUMENTA LA ACUICULTURA Y LA GANADERÍA
Según las perspectivas agrícolas para 2019-2028, también está previsto el alza de la producción ganadera, acompañada de un mayor uso de piensos y más eficiencia, y el de la acuicultura, que como se recoge en el propio documento, “debido a las limitaciones en la pesca de captura, casi todo el crecimiento proyectado en la oferta de pescado y marisco provendrá de la acuicultura, y su participación en la producción total aumentará hasta situarse cerca del 55% en 2028”.
La FAO y la OCDE también advierten de la posibilidad de una ralentización económica mundial y otros sucesos como las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos o la propagación de plagas como la peste porcina africana, “que añaden incertidumbre en los mercados de productos básicos”.
El uso de cereales para la alimentación crecerá en unos 150 millones de toneladas en todo el mundo (un 13% más), sobre todo gracias al arroz y el trigo. El principal motivo de esta subida es el crecimiento demográfico, que será más rápido en el África subsahariana y Asia meridional.
“Lamentablemente, se prevé que las regiones más necesitadas experimenten un lento crecimiento de sus ingresos y, por lo tanto, sólo pequeñas mejoras en su estado nutricional”, advirtió el subdirector general de la FAO para desarrollo económico y social, Máximo Torero, quien ve “muy lejos” alcanzar el objetivo del hambre cero para 2030.
También destaca el estudio que el comercio de productos básicos agrícolas y pesqueros debería aumentar en el próximo decenio en torno al 1,3% anual, de forma más lenta que en los últimos diez años (3,3% de media), ya que se espera que el crecimiento de la demanda mundial de importaciones se ralentice. En cuanto a las exportaciones, se prevé que América Latina y Europa aumenten sus ventas a mercados extranjeros.
La edición de este año se centra, en especial, en la región de América Latina y el Caribe.
Fuente: Ipac.acuicultura