Los buenos resultados obtenidos hasta la fecha en Nueva Pescanova con el protocolo de cría de pulpo común (Octopus vulgaris) les ha permitido trabajar este mismo año con la segunda generación de ejemplares nacidos en cautividad (F2) y apostar que, en 2023, se lanzarán al mercado con una producción integralmente acuícola de esta apreciada especie.
Una de las claves de este meteórico y revolucionario ascenso se debe a la patente desarrollada en los Centros Oceanográficos de Vigo y Canarias del Instituto Español de Oceanografía y su posterior adquisición por Nueva Pescanova. En este protocolo se describe el cultivo larvario de esta especie desde su fase pelágica, o nadadora, hasta su fase betónica, desplazamiento por el fondo, permitiendo así poder salvar ese primer punto crítico asociado al cultivo larvario, punto en el cual las mortalidades descritas en la bibliografía rondaban casi el 100 por ciento. La nueva técnica de cultivo estaría basada en una buena nutrición planctónica junto a una zootecnia adecuada asociada a factores como son la luz, temperatura, renovación del agua y un correcto manejo de los animales.
Anteriormente, las dietas estaban basadas en larvas de centolla que resultaban poco económicas y requerían de una complicada sincronización entre las puestas del crustáceo y los pulpos. Todo ello, unido a una metodología de cultivo poco viable para esta especie provocó que el cultivo no pudiera ser replicado nuevamente tras más de 20 años de ensayos llevados a cabo por parte de los distintos grupos de investigación.
A partir de ahí, y con los resultados obtenidos este mismo año, todo son buenas noticias, ya que como se ha sabido recientemente, el personal investigador del Pescanova Biomarine Center ha conseguido replicar de manera consecutiva este cultivo, hasta el punto de haber podido presentar el pasado 30 de octubre en sus instalaciones la segunda generación de pulpos íntegramente de acuicultura, con dos progenitores 100 por ciento de cultivo. De forma paralela, y tomando como base este nuevo protocolo junto a un mayor conocimiento de estos animales, se ha podido demostrar que esta especie es capaz de poder llegar a crecer a tasas tan sorprendentemente altas como los 14 kg en un año, algo que en acuicultura se valora mucho, ya que permite reducir la fase de engorde y minimizar riesgos asociados a posibles patologías o fallos asociados al factor humano o de las propias instalaciones.
Esta alta tasa de crecimiento ha podido verse en Lourditas, la primera hembra de pulpo nacida en cautividad que ha logrado reproducirse en agosto de 2018. Poco antes de la puesta del F2 de Lourditas, en julio de este año en las instalaciones de Nueva Pescanova en Chapela, llegó a pesar hasta 9 kg.
En el marco de estos trabajos, también se ha alcanzado un hecho histórico nunca antes reportado al conseguir la supervivencia de la hembra de pulpo después de su puesta.
Con toda esta información obtenida todo hace pensar que en esta ocasión si se está ante un logro de la ciencia española para llevar a la mesa pulpo de acuicultura independiente de las capturas juveniles del medio natural.
Fuente : misPeces.com