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En el mar de Arequipa se siembran las conchas de abanico

Este molusco, ingrediente fundamental de un buen plato marino, es escaso en el litoral sureño. Hay que traerlo del norte peruano. Un grupo de acuicultores quiere romper con esa dependencia. Las siembran en la Reserva Caleta San José. Así llegarán más frescas a nuestras mesas.

En un ceviche mixto, las conchas de abanico son indispensables. En el litoral de Arequipa la producción resulta escasa para satisfacer la demanda gastronómica. Las que arriban a nuestras mesas recorren varios kilómetros. Provienen del norte peruano. Llegan en frigoríficos.

 

Un proyecto de la Reserva Caleta San José, en la provincia arequipeña de Camaná, busca sembrarlas y fomentar una producción regional. La acuicultura no es fácil. Se puso en marcha en algunas caletas de Camaná. Los moluscos son trasladados en cámaras de frío.

 

Las sembradas en la Reserva San José viajaron 23 horas, desde la bahía de Sechura en Piura hasta Quilca-Camaná. Crecerán en la caleta San José y la caleta La Francesa.

 

El container repleto de conchas está implementado con tubos que oxigenan el agua. Son depositadas en envases grandes, donde introducen los tubos. Para regular la temperatura sumaron una tonelada de hielo en el frigorífico.

 

En noviembre pasado se trajo un cargamento a la caleta de Arantas, a 10 kilómetros de San José. Ese fin de semana, Percy Llanqui, encargado de la carga, tuvo una tarea ardua. Retiraba el agua de los envases mientras los moluscos se movían y escupían pequeños chorros. “Están bien vivas, fíjese”, le dijo a Omar Said, uno de los socios de la reserva, mostrándole el producto.

 

Era casi el mediodía, las cuatro toneladas de la especie marina serán trasladadas en la chalana “Tífany” y lanzadas al mar. Percy traslada conchas de abanico para siembra hace casi 10 años. Las cargas salen de Piura con destino a Pisco y Chimbote. Es la primera vez que lo hace a Arequipa.

 

En la Reserva San José se intenta cultivar el molusco desde el 2000. Ese año se hizo la primera gran siembra pero los maretazos y el fenómeno El Niño las mataron. Vinieron otras siembras pero en cantidades menores.

¿CÓMO ES LA SIEMBRA?

 

El Ministerio de la Producción realizó estudios en la caleta San José y Francesa. Esas zonas tenían condiciones para la crianza. La reserva concesionó estos lugares y comenzó la producción.

El agua tiene que ser algo verde (por el plancton) para saber que ahí hay alimento, si es blanca es signo que no tiene oxígeno y es mala. Si es roja es tóxica y matará a las conchas, es por el choque de marea fría y caliente”, explica Omar Said.

 

El alimento se encuentra por lo menos a seis metros de la orilla del mar. En el lugar donde se decide colocar el corral y los sistemas para la crianza, se instalan bollas unidas por una soga. Cada una está separada de otra en por lo menos un metro. En esos espacios se cuelgan filas de cestos donde se pondrán las conchas. Estos pueden medir hasta 10 metros y se despliegan al interior del mar.

 

Gonzalo Llerena, otro socio de la caleta San José, explica que en cada cesto se colocan los moluscos hasta que alcanzan un tamaño regular, luego los trasladan a otros espacios y se saca a los que ya murieron. También se puede criar a las conchas dentro de corrales levantados en el mar (mallas), hasta que crezcan y luego se trasladan a los sistemas (cestos).

 

Protegerlos es otra tarea, el lugar donde crecen debe estar limpio de cangrejos, estrellas de mar, caracoles y otros depredadores. Por eso los corrales y los sistemas son monitoreados para limpiarlos, dice Gonzalo. La cosecha se hace cada 8 meses.

A Omar y Gonzalo les preocupa la posible presencia de El Niño el 2019. “La acuicultura es igual que la agricultura, se siembra para ganar y otras para perder”, coinciden.

 

Fuente: Diario La República