Con más de dos décadas en la producción de paiche, Walter Hidalgo ha transformado la cría de este pez amazónico en una próspera actividad económica rentable.
Walter Hidalgo nunca imaginó el éxito que tendría la producción de paiche en Tingo María, provincia de Leoncio Prado, región de Huánuco. Desde hace 22 años, este ciudadano se dedica a la cría y comercialización de este pescado, lo que le ha permitido sacar adelante a su familia.
Pese a las adversidades, el pez amazónico pudo ser criado a 650 metros sobre el nivel del mar, donde no se pensaba que pudiera prosperar. De esta forma, Walter ha llegado a tener más de 30 mil de estas especies y espera seguir desarrollando esta actividad económica.
La historia de triunfo de Walter Hidalgo tuvo momentos complicados. En la década de 1980, antes de empezar a criar paiches, este ciudadano tenía una granja de porcinos. Según indicó a Inforegión, llegó a tener más de 2 mil cerdos que eran comercializados en la región.
Lamentablemente, un 16 de julio de 1989, fecha exacta que recuerda el productor, Sendero Luminoso destruyó su granja. “Destruyeron mi finca, mataron a mi guardián y a su esposa de siete meses de gestación. Tuve que alejarme y buscar nuevos horizontes, dejando a mi familia”, indicó Walter.
Durante varios años, el hombre se dedicó a ser chofer de maquinaria pesada en distintas regiones del país. En 1998, regresó a su finca y pudo tomar de nuevo posesión gracias al apoyo de las Fuerzas Armadas. Junto a sus hermanos e hijos, limpiaron el terreno y vieron en la piscicultura una opción para ganarse la vida.
Tras asistir a foros donde se promovía la cría de peces como una actividad económica rentable, Walter y su familia decidieron enfocarse en ese rubro. “En la primera siembra nos dimos cuenta de que era una mina. Empezamos con cinco mil pacos (…). Nosotros recuperábamos el costo de inversión y producción al 100%”, dijo el piscicultor.
Antes de la primera venta del lote de paco, Walter recibió cinco paiches de Pucallpa por parte de un biólogo. Estos animales se encontraban en otro estanque aparte mientras se adaptaban al nuevo hábitat.
Después de cuatro años y medio, los peces amazónicos empezaron a reproducirse en la finca. Esto le permitió comenzar con la cría de paiches, además de su comercialización.
En el año 2004, la vida le daría otro duro golpe a Walter Hidalgo. El crecimiento del narcotráfico llegó hasta la zona donde se encontraba su fundo y lo amenazaron de muerte. Además, desconocidos saquearon su piscigranja y le robaron dos de los cinco paiches que tenía.
Esta situación afectó económicamente al ciudadano. Felizmente, comentó que un amigo cercano le dio un préstamo con el cual pudo reinventarse y sacar adelante su piscigranja.
“Se llevaron toda la producción, 4410 unidades que tenía. (…). Me hizo un préstamo que jamás en la vida voy a olvidar. Después de ese saqueo, el pescado subió a ocho soles el kilo. Ganamos más del 140% en esa cosecha que tuvimos. Fue la mejor compensación que tuvimos, la mejor vitamina de entusiasmo para seguir con fuerza. Desde entonces, creo que el cielo es el límite”, indicó el piscicultor.
En la actualidad, Walter vende sus paiches también a empresas que esperan dedicarse a este rubro. Sus pescados han llegado al valle de Apurímac, a la región Ucayali, a una empresa en Tumbes, a localidades de la selva central, entre otras zonas.
En estos 22 años, el piscicultor ha adquirido bastantes conocimientos que comparte con los ciudadanos que quieren dedicarse a este rubro. “Yo cometí muchos errores, porque no sabía a quién preguntar. (…) De estos errores que han significado mucho dinero, yo capacito a la gente para que no se repitan”, dijo a Inforegión.
De esta manera, anima a más personas de la zona a que opten por la crianza de paiche y puedan sacarle provecho. Asimismo, agradeció el apoyo de las instituciones, como la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) y el reciente reconocimiento brindado por la Municipalidad Provincial de Leoncio Prado por la cría de este pescado.