Fotovoltaica y geotermia, la solución para hacer completamente sostenible los sistemas RAS
El desarrollo de la industria acuícola para la producción de alimentos azules jugará un papel clave en el cumplimiento de la seguridad alimentaria y nutricional mundial. En este contexto de economía azul, los sistemas en recirculación en acuicultura (RAS, por sus siglas en inglés) han conseguido superar muchos desafíos de bienestar y sostenibilidad que los sistemas tradicionales abiertos no pueden abordar como, por ejemplo, la eutrofización de las aguas circundantes. Por eso, cada vez está más aceptado que estos RAS, situados próximos a los mercados de consumo, van a desempeñar un papel cada día más importante en la provisión de pescado y marisco ambientalmente sostenible.
Actualmente, en el mundo hay medio millar de proyectos para producir pescado y marisco en granjas bajo techo intensivas. De salmón Atlántico se han identificado aproximadamente 200 proyectos que planean producir 2,3 millones de toneladas de salmón en la próxima década, de los cuales, al menos la mitad, están previstos que se desarrollen en Noruega.
Mientras ese día llega, el principal volumen de salmón se engorda en sistemas de jaulas flotantes. No obstante, hoy en día los sistemas RAS están presentes en buena parte del ciclo de producción, principalmente en la fase criadero y preengoorde.
Los sistemas de recirculación, además de ser más eficientes en el control del alimento que se utiliza, permiten mantener monitorizados los peces en todo momento, reduciendo al máximo las enfermedades, los escapes y las infestaciones por parásitos.
En el análisis del ciclo de vida de la producción, un método estandarizado internacionalmente y basado en ciencia, se tribuye el mayor impacto de la actividad al pienso. En el caso de los sistemas cerrados bajo techo, la energía ocupa segundo lugar, al requerirse ésta para bombear, filtrar y mantener la temperatura del agua y los niveles de oxígeno.
Mientras que, en el caso de los viveros flotantes, las vías principales de emisión de gases efecto invernadero proceden del combustible de las embarcaciones, la construcción y mantenimiento de los viveros.
En el contexto también hay que tener en cuenta que en acuicultura de peces alimentados los afluentes tienen una alta carga de nitrógeno. Mientras la producción bajo techo en recirculación permite la concentración y tratamiento de éstos, en el caso de los sistemas de viveros, este nitrógeno va al medio circundante, a plantas y sedimentos bajo la granja.
¿Cómo se puede reducir la huella de la acuicultura de peces alimentados? En el caso de las granjas en viveros, se recomienda, en la medida de lo posible optimizar las operaciones de las embarcaciones y el cambio de gasóleo por Gas Natural. Con esta acción se pueden reducir las emisiones de óxido nitroso un 85% y las de CO2 un 20%. Los materiales de los entramados y los viveros como balsas, redes y cuerdas entre otras, tienen un gran potencial para reducir las emisiones.
En ambos casos, las medidas de mejora que se proponen para estos sistemas pasan por optimizar la densidad de la población, el manejo de la alimentación, la sustitución de los ingredientes en el pienso. En el caso de los sistemas bajo techo, aprovechar las ventajas que ofrecen para el tratamiento de efluentes para la producción de biogás o fertilizantes.
Teniendo en cuenta que, con la aplicación de las recomendaciones, el desperdicio de pienso es mínimo, el de la energía puede solucionarse con la implantación de energías renovables, principalmente fotovoltaica, aunque también en algunos casos, se puede combinar con la geotermal, nuclear o eólica.
Es importante, por tanto, hacer más estudios de caso basados en evaluación del ciclo de vida para sistemas RAS.
Fuente: misPeces.com