En otoño de 2022, se sembró la tercera generación de peces en el iFarm de tercera generación y hace dos semanas se lanzó una nueva tecnología de sensores para analizar los peces individualmente.
“En las versiones anteriores, se ha prestado mucha atención al comportamiento de los peces, las adaptaciones geométricas tanto del sistema de jaulas como de la carcasa del sensor. Ahora tenemos la calidad de las imágenes que queremos, por lo que ahora hay un gran enfoque en hacer que la máquina capture las impresiones que vemos en los peces. Si hay piojos en diferentes etapas, heridas, tamaño del pez, así como diferentes patrones y cualidades que el pez tiene para identificarlo”, comentó Geir Stang Hauge, gerente general de Biosort.
Funcionamiento
La empresa de tecnología BioSort está detrás de la colaboración de iFarm con Cermaq. El concepto funciona porque los peces se mueven dentro de las líneas rojas (ver figura) y se mantienen principalmente por debajo de los 10 metros de profundidad, donde hay menos piojos. Cuando el salmón sube a la superficie en busca de aire, pasa por sensores y por un clasificador. En su paso por el sensor, cada pez, individualmente, es fotografiado desde todos los lados en alta calidad.
Esta información se utilizará para calcular el crecimiento y el factor K (bienestar) para cada pez. Dicha información se analiza en relación con la alimentación para proporcionar mejores cálculos y menos desperdicio de alimento. Además, el pescado se examina en busca de piojos, enfermedades, heridas y deformidades.
Clasificación
Cuando se observa que un salmón está listo para la cosecha, enfermo o infectado con piojos, el sistema elige clasificar el salmón en un área separada a través de tuberías.
“La próxima generación de iFarm, que lanzaremos en primavera, trabaja mucho en lo que sucede después del mecanismo de clasificación. Luego hay que mover al pez y llevarlo a la superficie, entonces ahí trabajamos con el transporte de peces en tuberías”, recalca Hauge.
“Planeamos tener tanto la opción de poder tratar los piojos, que continuamente se puedan sacar peces para poder quitar los piojos, pero también poder sacar peces desadaptados, peces que no se van a convertir en comestibles, pero que todavía están en la jaula y comen alimento y no es bueno para el resto de la población en su conjunto”, explica Hauge.
El mecanismo de clasificación en sí ha sido documentado y verificado. Esa prueba se realizó manualmente, con una persona observando los peces en tiempo real y presionando un botón para clasificarlos. Para el próximo año, el objetivo es automatizar este sistema a través de inteligencia artificial y aprendizaje automático.
“Creo que durante este año calendario clasificaremos activamente los peces en busca de piojos. Nos estamos acercando, vamos por buena senda, pero aún queda un largo camino por recorrer”, concluye el ejecutivo de Biosort.
Fuente: Salmon.Expert