Los veterinarios de la RUDN University han desarrollado una forma de incrementar la resistencia de la carpa a los efectos nocivos del amoníaco, que se encuentra en casi todos los cuerpos de agua. Los investigadores encontraron que el aminoácido arginina puede ayudar si se incluye en las dietas de los peces.
Uno de los principales problemas de las piscigranjas es la contaminación del agua con amoníaco (NH3). El compuesto ingresa a los cuerpos de agua debido a las actividades humanas: desde plantas de tratamiento de aguas residuales, con desagües de granjas ganaderas y campos donde se usan fertilizantes nitrogenados. El amoníaco reduce la capacidad de la hemoglobina para unirse al oxígeno, actúa sobre el sistema nervioso, afecta a los glóbulos rojos y puede provocar la muerte de los peces.
Yuri Vatnikov, director del Departamento de Medicina Veterinaria de la RUDN University, y sus colegas, han desarrollado una forma de utilizar aditivos alimentarios para aumentar la resistencia al amoníaco en la carpa común, una especie de gran importancia económica.
Los veterinarios realizaron dos experimentos en los cuales examinaron el efecto de la arginina, un aminoácido que estimula la liberación de la hormona del crecimiento.
En el primer experimento, 600 carpas fueron distribuidos en 4 tanques y se mantuvieron allí durante 10 días, para que los peces se adapten a las nuevas condiciones. Después de estos, por dos semanas los peces en cada estanque fueron alimentados siguiendo una de las cuatro opciones de alimentación: con la adición de arginina en la proporción de 0.25%, 0.5% o 1% del peso del alimento, y sin la adición de arginina (grupo control). Luego los peces de cada tanque fueron distribuidos en acuarios de 30 litros, 10 organismos por cada uno. Luego se agregó una solución de amoníaco al agua.
En el segundo experimento, 60 carpas fueron distribuidos en 6 acuarios. Después de dos semanas de aclimatación, durante los siguientes 14 días la mitad de los especímenes fueron alimentados con un pienso que no incluía arginina, y la otra mitad fue alimentada con una dieta que incluía 0.5% de arginina. Luego, una solución de amoníaco de 0.7 mg/l fue agregado a todos los tanques.
En el primer experimento, los peces expuestos a una concentración de solución acuosa de 0.7 mg/l de amoníaco sobrevivieron independientemente del tipo de dieta. Un aumento en la dosis de amoníaco condujo a la muerte de algunos peces, y con la concentración máxima de amoníaco de 1.3 mg/l, todos los peces murieron. En el grupo donde la suplementación con arginina fue de 0.25%, la mortalidad fue 5-10% menor. Con un aumento en la dosis de arginina de 0.5%, la mortalidad disminuyó significativamente más, en aproximadamente un 35%.
El propósito del segundo experimento fue estudiar muestras de sangre de peces. La exposición al amoníaco reduce el contenido de aminoácidos, que juegan un papel importante en la formación de urea, en particular los aminoácidos ornitina y citrulina. La adición de arginina aumentó la producción de aminoácidos, lo que mejoró el procesamiento de amoníaco a urea. Por lo tanto, el exceso de amoníaco se excreta del cuerpo.
El problema de los efectos tóxicos del amoníaco es de gran importancia en la acuicultura. Los piscicultores están interesados en formas de suprimir los efectos del amoníaco. El nuevo estudio ofrece un método de trabajo basada en las manipulaciones de la dieta: la adición de solo 0.5% de arginina al alimento de la carpa reduce la mortalidad de peces por exposición al amoníaco en 35%. El aditivo activa la desintoxicación, es decir, convierte el amoníaco en urea y suprime el estrés oxidativo por la exposición al amoníaco.
Fuente: Aquahoy