En una recomendación publicada por el Consejo Consultivo de Acuicultura de la Unión Europea (AAC, por sus siglas en inglés), se subraya la importancia de implementar el uso de vacunas en acuicultura, como una medida efectiva para luchar contra las enfermedades de los animales, reduciendo el uso de los antibióticos, y combatiendo así la proliferación de resistencias antimicrobianas.
En este sentido el AAC, organización representativa de la industria de la acuicultura europea y asesora de los organismos europeos y estados miembros interesados en promover iniciativas en el sector, ha señalado que la vacunación “es una de las
herramientas más efectivas para prevenir enfermedades animales,
promoviendo el bienestar de los mismos, la producción de alimentos seguros y la
salud pública”.
Por eso, aseguran, “el futuro de la acuicultura pasa por implementar el uso de vacunas”, las cuales, señalan, deberían poder usarse de manera cada vez más extendida y eficaz, para reducir la necesidad de usar antibióticos en animales, contribuyendo así a la lucha contra las resistencias antimicrobianas.
Y es que, según señalan desde el AAC, las vacunas también están diseñadas para prevenir enfermedades virales y parasitarias en los peces. Además, ayudan a minimizar la huella ambiental de la piscicultura al reducir la potencial liberación de antibióticos al medio ambiente.
“La profesión acuícola, la industria de sanidad animal, las autoridades reguladoras, la profesión veterinaria, las ONG e investigadores ambientales deberían unir fuerzas para mejorar la disponibilidad de vacunas en la acuicultura”, apuntan.
FALTA DE VACUNAS
En línea con esta recomendación del AAC, recientemente en la
Tercera Conferencia Internacional en Inmunología de Peces y Moluscos, organizada en Las Palmas de Gran Canaria, y a la que acudieron más de 200 investigadores procedentes de 29 países diferentes, se destacó la falta de vacunas disponibles en la acuicultura —actualmente en el mercado hay solo 24 vacunas—, y la poca practicidad de las ya existentes.
Este hecho, provoca que se lleve a cabo el tratamiento de las enfermedades (por ejemplo, con antibióticos), en vez de implementar estrategias de prevención mediante la vacunación de los animales. Por ello, en la Conferencia Internacional se señaló la importancia del desarrollo de nuevas vacunas, de uso más práctico, como las orales, que se incorporan a los gránulos de los piensos.
