En el informe de la FAO sobre El estado mundial de la pesca y la acuicultura se señala el crecimiento impulsado por la acuicultura
El considerable crecimiento de la acuicultura ha llevado la producción pesquera y acuícola mundial a un máximo histórico, por lo que los alimentos acuáticos realizan una contribución cada vez más decisiva a la seguridad alimentaria y la nutrición en el siglo XXI, según el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en la edición de 2022 de El estado mundial de la pesca y la acuicultura (SOFIA) se señala que en 2020 el crecimiento de la acuicultura, particularmente en Asia, hizo que la producción pesquera y acuícola total alcanzara un máximo histórico de 214 millones de toneladas (178 millones de toneladas de animales acuáticos y 36 millones de toneladas de algas).
La producción de animales acuáticos en 2020 fue un 30 % más alta que la media de la década de 2000 y se situó más de un 60 % por encima de la media de la década de 1990. La producción acuícola récord de 87,5 millones de toneladas de animales acuáticos impulsó en gran medida esos resultados.
Debido a la constante ampliación del sector, la FAO indica que se necesitan cambios transformadores más específicos para lograr que el sector de la pesca y la acuicultura sea más sostenible, inclusivo y equitativo. Si queremos lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, es fundamental llevar a cabo una “transformación azul” en la forma de producir, gestionar, comercializar y consumir alimentos acuáticos.
“El crecimiento de la pesca y la acuicultura es vital para nuestros esfuerzos por acabar con el hambre y la malnutrición mundiales, pero se necesita una mayor transformación en el sector a fin de abordar los desafíos”, afirma el Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO. “Debemos transformar los sistemas agroalimentarios para asegurarnos de que los alimentos acuáticos se capturen de forma sostenible y también de que se salvaguarden los medios de vida y se protejan los hábitats acuáticos y la biodiversidad’’.
Los alimentos acuáticos contribuyen más que nunca a la seguridad alimentaria y la nutrición. El consumo mundial de alimentos acuáticos (excluidas las algas) ha aumentado a un ritmo medio anual del 3,0 % desde 1961 —tasa casi dos veces superior al crecimiento anual de la población mundial— y alcanzó 20,2 kg per cápita, más del doble del consumo en la década de 1960.
En 2020 más de 157 millones de toneladas, esto es, el 89 % de la producción de animales acuáticos, se utilizaron para el consumo humano directo, un volumen ligeramente más alto que en 2018, a pesar de las repercusiones de la pandemia de la enfermedad por coronavirus (COVID?19). Los alimentos acuáticos contribuyeron alrededor del 17 % de las proteínas de origen animal consumidas en 2019 y alcanzaron el 23 % en los países de ingresos medianos bajos y más del 50 % en partes de Asia y África.
Los países asiáticos fueron la fuente del 70 % de la producción pesquera y acuícola mundial en 2020, seguidos de países de América, Europa, África y Oceanía. China siguió siendo el principal productor pesquero, seguido de Indonesia, el Perú, la Federación de Rusia, los Estados Unidos de América, la India y Viet Nam.
La acuicultura determina el futuro de los alimentos acuáticos
La acuicultura ha crecido más rápido que la pesca de captura en los dos últimos años y se prevé que seguirá haciéndolo durante el próximo decenio. En 2020, la producción animal acuícola alcanzó los 87,5 millones de toneladas, un 6 % más que en 2018. Por otro lado, la producción de la pesca de captura cayó hasta los 90,3 millones de toneladas, lo que representa un descenso del 4,0 % respecto de la media registrada los tres años anteriores.
La reducción de la producción de la pesca de captura obedeció principalmente a la pandemia de la COVID-19, que perturbó gravemente las actividades pesqueras, el acceso a los mercados y las ventas, y a la reducción de las capturas de China y la caída de las capturas de anchoveta, que fluctúan de forma natural.
La creciente demanda de pescado y otros alimentos acuáticos está provocando una rápida modificación del sector pesquero y acuícola. Se prevé que el consumo aumentará en un 15 % y alcanzará los 21,4 kg per cápita en 2030, impulsado principalmente por el aumento de los ingresos y la urbanización, los cambios en las prácticas postcaptura y la distribución y las nuevas tendencias dietéticas, con especial atención a la mejora de la salud y la nutrición.
Se prevé que la producción total de animales acuáticos alcanzará los 202 millones de toneladas en 2030, principalmente debido al continuo crecimiento de la acuicultura, que, según las previsiones, alcanzará los 100 millones de toneladas por primera vez en 2027 y 106 millones de toneladas en 2030.
Necesidad de una transformación azul
La FAO afirma que se debe seguir trabajando para alimentar a la creciente población mundial y, al mismo tiempo, mejorar la sostenibilidad de las reservas y los ecosistemas frágiles y proteger los medios de vida a largo plazo. Según SOFIA 2022, la sostenibilidad de los recursos de la pesca marina sigue siendo motivo de importante preocupación, ya que en 2019 el porcentaje de poblaciones de peces explotadas sosteniblemente cayó al 64,6 %, lo que representa un descenso del 1,2 % respecto de 2017.
No obstante, hay señales alentadoras, ya que las poblaciones explotadas de manera sostenible proporcionaron el 82,5 % del volumen total de desembarques de 2019, lo cual equivale a un aumento del 3,8 % desde 2017. Esto parece indicar que se están gestionando poblaciones más grandes con mayor eficacia.
La FAO promueve la transformación azul, una estrategia visionaria para hacer frente al doble desafío de la seguridad alimentaria y la sostenibilidad ambiental, al tiempo que se aseguran resultados equitativos y la igualdad de género.
Las políticas y prácticas respetuosas con el clima y el medio ambiente, así como la innovación tecnológica, también son fundamentales para el cambio.
“La transformación azul es un proceso basado en resultados mediante el cual los Miembros y asociados de la FAO pueden aumentar al máximo la contribución de los sistemas alimentarios acuáticos para mejorar la seguridad alimentaria, la nutrición y las dietas saludables asequibles, permaneciendo dentro de los límites ecológicos”, afirma el Sr. Manuel Barange, Director de la División de Pesca y Acuicultura de la FAO.
La pesca y la acuicultura contribuyen al empleo, el comercio y el desarrollo económico. Se calcula que el valor total de primera venta de la producción pesquera y acuícola de animales acuáticos en 2020 ascendió a 406 000 millones de USD, de los cuales 265 000 millones de USD procedían de la producción acuícola.
Según los últimos datos, unos 58,5 millones de personas trabajaban en el sector; de ellas, aproximadamente el 21 % eran mujeres. Se estima que las vidas y el sustento de alrededor de 600 millones de personas dependen, de alguna manera, de la pesca y la acuicultura. El fomento de la resiliencia es fundamental para el desarrollo equitativo y sostenible.
Cifras clave del informe El estado mundial de la pesca y la acuicultura (2022)
Producción
– Producción total mundial de animales acuáticos y algas: 214 millones de toneladas
– Valor de primera venta de la producción de animales acuáticos: 406 000 millones de USD
– Pesca de captura marina: 78,8 millones de toneladas
– Pesca de captura de agua dulce: 11,5 millones de toneladas
– Producción animal acuícola: 87,5 millones de toneladas, un nuevo récord
Consumo y comercio
– Cantidad total para el consumo humano (excluidas las algas): 157 millones de toneladas
– Valor del comercio internacional de productos pesqueros y acuícolas: 151 000 millones de USD
Empleo y flotas
– Total de trabajadores del sector primario de la pesca y la acuicultura: 58,5 millones (21 % mujeres)
– Región con el mayor número de pescadores y acuicultores: Asia (84 %)
– Número de buques pesqueros: 4,1 millones
– Región con la flota más grande: Asia (2,68 millones de embarcaciones, aproximadamente dos tercios de la flota mundial)
Poblaciones de peces
– Poblaciones explotadas sosteniblemente: 64,6 % (2019), 1,2 % menos que en 2017
– Poblaciones explotadas sosteniblemente del total de desembarques: 82,5 % (2019), 3,8 % más que en 2017