Dos son los aspectos del conocimiento que más demandará la industria en el futuro para seguir creciendo, la incorporación de nuevos ingredientes marinos y la seguridad medioambiental.
En la búsqueda incesante por estos nuevos ingredientes marinos que incluir en las dietas de los peces y crustáceos, el krill se ha posicionado como un firme candidato para la sustitución de harina de pescado.
En este sentido, Investigadores chinos han presentado un interesante estudio con trucha arcoíris sobre el empleo de un ingrediente novedoso, el krill; luego, el cultivo de esta especie con agua marina, algo hasta ahora no convencional, tradicionalmente objeto de acuicultura continental; y, finalmente, la triploidía, una modificación genética consolidada desde hace décadas en el cultivo de salmónidos que, por sus ventajas, sigue presente en numerosas líneas de investigación acuicultura.
Los ensayos se realizaron con 600 peces triploides de aproximadamente cien gramos, repartidos en quince tanques con agua de mar y alimentados con cinco formulaciones diferentes.
Según lo reportado por los investigadores, antes del comienzo del ensayo, fueron necesarias dos semanas de aclimatación para que los peces pudiesen gradualmente pasar del agua dulce al agua de mar. Tras la aclimatación, varios días trascurrieron antes de que el régimen diario de alimentación de los peces fuese restablecido.
En el estudio, a partir de una dieta convencional constituida por un 50 por ciento de harina de pescado, se llevó a cabo su sustitución parcial por harina de krill.
El experimento, que tuvo una duración de ocho semanas, sirvió para testar los efectos de cuatro dietas con distintos porcentajes de sustitución de 15, 30, 60 y 100 por ciento de harina de krill. Y una dieta control convencional sin que hubiera sustitución de harina de pescado.
Los resultados obtenidos por Wei y colaboradores demuestran que la harina de krill es un ingrediente ideal para la alimentación de las truchas triploides en agua de mar y afirman que ésta puede sustituir totalmente la harina de pescado en su dieta, proporcionando al producto final un valor nutricional muy elevado.
Respecto a la supervivencia y el crecimiento, los resultados también son muy positivos. Cuanto más elevado el porcentaje de inclusión de harina de krill, más elevada fue la tasa de crecimiento especifico observado y el peso alcanzado por los peces al final del ensayo.
En parte, esto puede relacionarse con la mayor ingesta del alimento observada en las truchas alimentadas con krill, probablemente, por el hecho de que este alimento confiere al pienso un sabor más apetecible para las truchas, aumentando su palatabilidad.
Los autores también resaltan que, la inclusión de harina de krill mejora los resultados morfo-histológicos a nivel del sistema intestinal. Esto quiere decir que el ingrediente no solo favorece la ingesta, también favorece la asimilación de los nutrientes.
Respecto a la calidad de la carne, desde el punto de vista visual, el krill confiriere a la canal un color naranja, cuya intensidad aumenta según el porcentaje de inclusión (mayor presencia de harina de krill = mayor intensidad del color). Desde el punto de vista de la textura esta no se vio afectada por la inclusión de la harina de krill en la dieta.
Como resultado adverso observado en la harina de krill está el alto contenido en fluorina, una sustancia no deseada para consumo humano. En este caso la fluorina se acumuló en las vertebras.
Los autores no observaron ningún aumento significativo en el musculo de las truchas y, en todo caso, los niveles detectados en el musculo de las truchas fueron inferiores a los permitidos en los productos para consumo humano.
Fuente: misPeces.com