La mala salud que arrastran los océanos por la actividad humana es de sobra conocida por todos. El 70% de nuestro planeta se encuentra gravemente amenazado y lo más curioso es que siendo vital su importancia para la supervivencia de las personas, el ODS 14 de Vida submarina es el menos trabajado por las empresas.
En la lucha contra el cambio climático hemos dirigido gran parte de los esfuerzos a la actividad terrestre. Pero es necesario centrarnos en el medio marino ya que, entre otras muchas razones de peso, produce el 50% del oxígeno del planeta y absorbe alrededor del 30% del dióxido de carbono producido por el ser humano, amortiguando los impactos del calentamiento global.
Hemos hablado en anteriores posts sobre los principios y las acciones que las empresas pueden adoptar, sean o no sean del sector marítimo, para apoyar los esfuerzos de alcanzar los objetivos del Acuerdo de París y el Programa de Acción 2030.
En esta ocasión nos vamos a centrar en 7 guías prácticas para contribuir al cuidado de los océanos. Estos documentos han sido elaborados por el Pacto Mundial de Naciones Unidas y complementan y ponen en práctica los Principios para un Océano Sostenible. Cada una de las guías incluye los retos y oportunidades de sostenibilidad de cada sector, acciones que pueden aplicarse, buenas prácticas de empresas, etc.
Este documento se centra en el cultivo de recursos acuáticos para el consumo humano. No incluye las algas para la alimentación de los peces ni los suplementos dietéticos (que puede encontrarse en la guía de las algas marinas). La guía de acuicultura está pensada principalmente para ser aplicada a las instalaciones de producción de corral abierto en alta mar y en la costa, centrándose en el agua de mar.
Con el objetivo de que la acuicultura sea una solución viable para satisfacer la futura demanda de alimentos, y como resultado de operar en aguas comunes, el sector tiene un fuerte enfoque en la licencia social para operar. Esto incluye operaciones responsables y transparentes para demostrar su desempeño ambiental y social. La cadena de valor de los productos del mar de piscifactoría es compleja y abarca muchos niveles, por lo que es importante garantizar la transparencia de las operaciones y la contratación, que se destaca en este documento. A menudo, las operaciones de la industria están sujetas a la legislación local, nacional e internacional y, por lo tanto, es necesario comprender la complejidad del panorama legal.
Aquí puedes descargarte la guía práctica de Acuicultura.
El ámbito de aplicación de este documento son todas las actividades relacionadas con la exploración, la producción, el procesamiento, el transporte y la comercialización de productos de petróleo y gas en el océano.
Las operaciones de petróleo y gas requieren una gran inversión y, generalmente, están muy reguladas, tanto a nivel nacional como internacional. Debido a los riesgos potenciales para la vida humana y el medio ambiente asociados a estas operaciones, las organizaciones del sector han elaborado unas directrices y un conjunto de buenas prácticas en países donde las regulaciones son incompletas o se encuentran aún en pleno desarrollo. En esta edición de la Guía Práctica para las Actividades de Petróleo y Gas no se incluye ninguna referencia específica a los objetivos de reducción de emisiones dentro de esa industria. Pero, por otro lado, la SBTi (Science Based Targets Initiative) publicó una guía para que los objetivos de reducción de emisiones de las empresas de petróleo y gas se alineen con el nivel de transformación necesario para cumplir los objetivos del Acuerdo de París.
Si quieres descargarte la guía práctica del sector del Petróleo y gas haz click aquí.
Actualmente, la energía eólica marina es la tecnología de generación de energía más utilizada y madura en el océano con grandes beneficios para el medio ambiente siendo renovable y creo contaminante, en línea con el ODS 7 Energía renovable y no contaminante. Esta guía también incluye otras tecnologías menos maduras pero con un gran potencial, como la energía de las olas, la energía mareomotriz y la energía solar flotante.
Las directrices expuestas en esta guía son relativas a las actividades relacionadas con:
1. Caracterización del océano, la interfaz océano-atmósfera y la atmósfera sobre el océano con el propósito de desarrollar Energías Renovables Oceánicas (ERO); la construcción y operación de proyectos de ERO.
2. El desmantelamiento de proyectos de Energías Renovables Oceánicas.
3. La fabricación, el envío, el transporte y el manejo logístico de componentes, partes, personal o elementos de Energías Renovables Oceánicas, incluyendo la cadena de suministro; tanto en las áreas costeras como en las de alta mar del océano global.
El ámbito de este documento es la industria de las algas, la producción y el uso de macroalgas para cualquier fin. Las directrices que encontramos en este documento son aplicables a las actividades a lo largo de toda la cadena de valor, y se centran tanto en la recolección silvestre como en el cultivo. Dado que la industria de las algas se encuentra aún en desarrollo en muchas partes del mundo, estas orientaciones prácticas se tienen que revisar y actualizar periódicamente.
La industria de las algas marinas proporciona una gran diversidad de beneficios como alimentos saludables y piensos con bajo contenido de carbono para la acuicultura y los animales de granja. También, gracias a las algas marinas, se puede capturar y almacenar dióxido de carbono para limitar el cambio climático y, además, estas algas se pueden utilizar para muchas otras aplicaciones. La expansión sostenible de la industria puede proporcionar nuevas fuentes de ingresos para las comunidades costeras.
Puedes descargarte el documento aquí.
El sector pesquero se debate entre satisfacer la creciente demanda de pescado como fuente importante de proteínas y otros macronutrientes y micronutrientes y, por otro lado, de garantizar la sostenibilidad de las poblaciones capturadas. La maricultura y la pesca de captura marina sostenibles podrían suministrar más de seis veces más alimentos que en la actualidad. Esto representa más de dos tercios de la carne comestible que, según la FAO, se necesitará para alimentar a la futura población mundial.
El ámbito de aplicación de este documento es la pesca de captura marina, definida como la suma de todas las actividades de recolección y procesamiento de un determinado recurso pesquero del océano. La guía, que puedes descargarte haciendo click aquí, se dirige a todas las partes interesadas que operan a lo largo de la cadena de valor de la pesca marina.
Este documento se centra en los astilleros de construcción y reparación. Esto incluye a las empresas que construyen barcos, cascos de barcos, partes de barcos, realizan el mantenimiento de barcos, los transforman o la construcción de diques secos. También se incluyen los astilleros que construyen, mantienen y notifican estructuras marinas para otros sectores marinos y energéticos, como plataformas, semisumergibles, unidades flotantes de producción, almacenamiento y descarga, piscifactorías y estructuras similares.
La Organización Marítima Internacional (OMI) ha fijado objetivos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte marítimo internacional en al menos un 50% para 2050 en comparación con 2008. Las empresas del sector también están fijando objetivos de descarbonización para las operaciones y las cadenas de valor. Los buques y combustibles con cero emisiones deben estar en funcionamiento ya en 2030 para cumplir con la ambición de la OMI para 2050. Para alcanzar estos objetivos, será necesario contar con nuevos diseños de buques, sistemas de propulsión y combustibles alternativos que se integrarán en los nuevos buques. Esto supondrá un reto, pero también una oportunidad para los astilleros. Los astilleros también tienen que impulsar, o al menos adaptarse, al desarrollo de buques autónomos.
En los astilleros es donde se implementan las nuevas tecnologías en la práctica y requerirán nuevos sistemas de gestión, nuevas capacidades, nuevas tecnologías y modelos de negocio que garanticen la construcción, la explotación y el mantenimiento de los buques de forma sostenible. Además, los astilleros y su cadena de valor tienen la responsabilidad de proteger el medio ambiente, respetar los derechos humanos y laborales, ser transparentes e informar públicamente.
Haz click aquí para descargarte la guía práctica de astilleros.
El sector del transporte marítimo, que transporta más del 80% de las mercancías del mundo, está muy regulado, sobre todo por la Organización Marítima Internacional (OMI), y se rige por un complejo panorama jurídico y contractual que va más allá del ámbito nacional. Además, los convenios internacionales regulan los vertidos de contaminantes y residuos de los buques y contribuyen a reducir el riesgo de que los buques trasladen especies acuáticas invasoras a largas distancias.
La guía práctica de la Navegación recopila y establece directrices para que la industria del transporte marítimo adapte sus actividades a las mejores prácticas del sector en materia medioambiental, social y de gobernanza. El alcance de estas directrices se aplica principalmente a los armadores, operadores de buques, gestores de buques y fletadores cuyos intereses residen en la explotación, propiedad y gestión de buques para el transporte de mercancías. Algunas de las guías que se indican en el documento pueden aplicarse para el transporte marítimo con los puertos, las terminales y las entidades comerciales en tierra.
Fuente: Pacto Mundial – Red Española