Las capturas marinas suponen el 68% de la producción pesquera en pequeña escala, mientras que el 32% proviene de las aguas continentales
La pesca y la acuicultura artesanales en pequeña escala poseen un potencial inigualable para promover cambios en los procesos de obtención, elaboración y distribución de alimentos y productos acuáticos, así como en los actores y los destinatarios de dichos procesos.
Es imperativo reconocer que constituyen un método sostenible de producción de alimentos, ante las crecientes dificultades que se abaten sobre los sistemas alimentarios de todo el mundo.
Entre dichas dificultades destacan el cambio climático, la degradación del medio ambiente, las grandes cantidades de alimentos que se pierden y desperdician el agotamiento de los recursos naturales, el hambre, las enfermedades relacionadas con la alimentación y la necesidad de proporcionar alimentos saludables y en cantidades suficientes a una población mundial que no para de crecer.
No obstante, pese a su enorme potencial, la pesca y la acuicultura artesanales en pequeña escala se enfrentan también ellas a problemas específicos y complejos. No solo se ven amenazadas por otros sectores, sino también desde dentro de los sectores de la pesca y la acuicultura.
Por ejemplo, la degradación de los hábitats, la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada y la sobrepesca afectan al fundamento mismo de los ecosistemas de los que dependen estas actividades. Económicamente, la pesca y la acuicultura artesanales en pequeña escala suelen topar con desequilibrios de poder en las cadenas de valor y obstáculos innecesarios al comercio; además, carecen de las
aptitudes y los servicios necesarios para llevar a los mercados productos saludables a precios equitativos.
Por otro lado, la sostenibilidad social exige correcciones severas para que los pescadores, piscicultores y trabajadores de la pesca, así como sus comunidades, disfruten de prestaciones sociales adecuadas, como sanidad, educación, vivienda, servicios financieros y jurídicos.
El reconocimiento y respeto por el papel de la mujer sigue siendo otro desafío transversal a la hora de alcanzar no solo la igualdad y equidad de género, sino también la sostenibilidad: cuando las mujeres están empoderadas y tienen la oportunidad de ganar y gestionar sus propios ingresos, sus gastos tienden a redundar más en beneficio de la nutrición, la salud y la educación de la familia.
Por último, cada vez es más evidente que la pesca y acuicultura artesanales en pequeña escala necesitan estrategias de resiliencia, para que las comunidades estén mejor preparadas ante la degradación ambiental, las perturbaciones y desastres naturales y el cambio climático.
La enfermedad por coronavirus (COVID19-) ha puesto de relieve las deficiencias de las estructuras y los sistemas de los que dependen la pesca y la acuicultura artesanales en pequeña escala. Sin embargo, también ha demostrado lo innovadores que pueden ser estos sectores. Ahora tenemos la oportunidad de reconfigurar los mecanismos de gestión y gobernanza de la pesca y acuicultura artesanales en pequeña escala, en aras de su futura autonomía y de su capacidad de generar seguridad alimentaria y nutrición, junto
con una gestión responsable de los recursos naturales.
Fuente: FAO